Ya desde hace décadas estamos inmersos en el peculiar mundo de la web y abducidos por sus llamativas aplicaciones, por sus cada vez más innovadores dispositivos móviles y por su adictiva inmediata conectividad.
La aparición de la Web 1.0 ya provocó una revolución en los comienzos de la era digital, ya que supuso el origen de un innovador medio de comunicación mediante el cual se podían hipervincular unas cosas con otras. Pero estas innovaciones no estaban al alcance de todo el público, ya que se requerian conocimientos informáticos avanzados, por lo que únicamente alcanzaban a una pequeña parte de la población.
Más tarde, como consecuencia de la evolución tecnológica, se crea la Web 2.0, la cual se ha propagado hasta nuestra época actual. Esta web ha roto los esquemas que marcó la arcaica web 1.0 debido a que trajo como novedad la accesibilidad de todo el público a ella, sin la necesidad de poseer unos conocimientos previos. Así, todo el mundo era capaz de interactuar con la web y participar de una forma personalizada en la misma.
Además, la web presenta unas herramientas que favorecen más todavía la participación de todo el mundo en la web, ya que presentan un grado considerable de interactividad que favorece que todos sean capaces de manejarla y de poder formar parte de ella. Algunas de estas herramientas son:
- Chat
- Foro
- Wiki (es una forma democrática de compartir información)
- Blog
- Videocast (se cuenta una historia a través de un video)
- Podcast (se informa mediante una grabación de audio)
- Web
- Email
Tras todo este camino de evolución tecnológica, se piensa que ya estamos entrando en la era de la web 3.0, en la era de la total personalización de la información y de los contenidos multimedia.
Ha llegado el momento en el que somos nosotros los que dominamos a la tecnología, es ella la que se amolda a nuestras carencias y no nosotros los que debemos ampliar nuestros conocimientos para acceder a ella.
