jueves, 4 de octubre de 2012

Las huellas de la tecnología

Durante siglos, la tecnología ha dejado sus huellas impregnadas en el sendero de la vida y paso a paso ha ido dibujando su rastro hasta trazar el mundo en el que hoy vivimos.
 
Su camino comenzó en el año 1910, de la mano de Henry Ford, dueño de la empresa automovilística Ford, que fundó un nuevo movimiento llamado Fordismo. Quiso acabar con la acentuada diferenciación de clases de la sociedad y creó un producto estándar mediante la tecnología apto para el cosumo de todos. Así, se comenzó a propagar el trabajo en cadena y la especialización de los trabajadores en una sóla tarea para fabricar con más rapidez.  De repente, todo el mundo tenía trabajo y dinero para poder consumir, el proletariado se convirtió en la nueva clase media, lo que supuso la entrada de una época de prosperidad.
Hasta que en 1970, la empresa Toyota quiso tirar su piedra en medio del sendero de la tecnología. Nace el Toyotismo con propuestas adversas al anterior movimiento, como la creación de multiproductos, es decir, fabricar varias gamas del mismo producto para estar al alcance de las condiciones económicas de todos los ciudadanos. Además, se quería lograr la mejora de los productos, por lo que se crearon los departamentos de investigación en las fábricas (I+D+I), de los cuales nació la idea de implantar en los productos la obsolescencia programada para que tuvieran un tiempo de vida determinado y que con el tiempo acabaran fallando para que el consumo no decayera. A esta evolución se suman los trabajadores que se vuelven más polivalentes y capaces de fabricar el producto en su totalidad.
Ya en los años 1990, divisando los rayos de luz de la actualidad, surge la Sociedad de la información y del Conocimiento de la mano de la democratización de la tecnología. Se dejan atrás todas las ideas de la necesidad de trabajo en producción para substituirlas por la importancia del conocimiento. Nacen empresas independientes de las fábricas dedicadas a vender información y conocimiento como si se trataran de un producto de mercado.
 
Al final del camino nos encontramos con, según algunos autores, la Sociedad de la Red, en la que reina mundialmente la socialización en red. Es tal la magnitud de este movimiento que la sociedad lo ha adoptado como una forma de vida. Por lo que, como docentes debemos aliarnos con esta nueva forma de vivir, hacerla nuestra para conocer todas las ventajas e inconvenientes que conlleva para preparar a nuestros alumnos y alumnas a desenvolverse en este nuevo mundo. Debemos sacar el máximo provecho de lo que las tecnologías nos pueden ofrecer, por ello es importante desarrollar la capacidad de adaptación al medio y de cambio en los niños para que aprendan a vivir con las nuevas tecnologías, pero esto no significa que sólo puedan sobrevivir con ellas, si no que únicamente sirven como apoyo al esfuerzo propio para lograr nuestros sueños y metas.

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